viernes, 1 de julio de 2016

STOP MOTION BARCELONA SFF 2016: CRÓNICA (1D2)

Una semana de descanso creo que es tiempo más que suficiente para hablar de cualquier evento con algo de perspectiva, aunque lo cierto es que no me he puesto antes por falta de tiempo. El caso es que entro de nuevo al blog para escribir unas cuantas líneas de cómo viví de forma subjetiva la primera edición del Stop Motion Barcelona Short Film Fest.

Para empezar debo agradecer que los directores de La Academia de Animación y co-directores del festival, Lula Gómez y Jordi Piulachs, que me acogieran en su morada durante mi estancia en Barcelona, y que dedicasen buena parte de su tiempo en enseñarme la ciudad. Se os quiere.

Dicho esto, el pasado domingo 26 de junio arrancó el evento bien tempranito en la casa de Jordi y Lula, centro de operaciones desde donde se iba organizando todo el material que había que llevar al Antic Teatre, el garito alucinante en el que tendría lugar el fest. !!!RIIIIIIIIING!!! El timbre sonó en la casa mientras me acababá un café expresso. Eran Quim Ribalta y Gloria Iniesta, que venían a recoger el material para llevarlo en coche hasta el garito. Tragazo de café, lavada de piños (también expressa) y a cargar la caja de fanzines hasta el coche, que, gracias a Harryhausen, estaba aparcado en la puerta. Ufff. 

Monto en el coche, y en el trayecto Quim y Gloria me cuentan que ellos forman El Bombeto, cuya actividad principal consiste en acercar el cine de animación a los niños mediante unos artilugios steampunk compuestos por un disco giratorio sobre el que se sitúan zootropos creados, por los propios infantes, mediante bloques de plastilina de diversas formas, que al ser puestos en movimiento a ciertas revoluciones, y gracias al efecto de una luz parpadeante, da la sensación de que los bloques inertes de plastilina cobran vida propia en una única entidad. No se si se entiende... quizás las fotos ayuden, pero si tenéis oportunidad de verlo (se mueven por festivales) no os va a defraudar.
Llegados al Antic nos encontramos con Guillem Puig, el tercer director del festival, quien nos recibe con un abrazo y nos da paso al local, compuesto por una inmensa terraza y un edificio techado divido entre barra de bar y un salón de actos. Un par de mesas y una lona negra son suficientes para montar mi chiringo de fanzines y chapas. Varias mesas más, y algo más tiempo en calibrar las máquinas, son necesarias para el taller de El Bombeto esté listo para arrancar.

Son las diez de la mañana y Lula y Jordi ya están por el recinto, tras desplegar un display con el logo del festival en la entrada y montar una improvisada mesa de cobro para los chavales que, poco a poco, se van animando a participar en el taller. A las once de la mañana, Jordi, para el cotarro para avisar a los pequeños modeladores que dentro del teatro les esperaba una sesión de cortos stop motion de corte infantil, una selección de trabajos fuera de concurso. Sin pensarlo dos veces me metí en la sala para disfrutar de una buena colección de trabajos que iban desde UKA de Valle Comba, hasta Time Space Reflections de Alba E. García-Rivas, o Once Upon A Blue Moon dirigido por Steve Boot y producido por Mackinnon & Saunders.
La pantalla se fundió a negro tras una hora de color y movimiento, y todos los espectadores volvieron a la terraza para seguir animando en el taller de Quim y Gloria, ahora con nuevos acólitos que se re-enganchaban en esta segunda hora. Yo me coloqué en el stand fanzinero, por el que se iban acercando niños y exalumnos de La Academia para preguntar por los fanzines y por el blog, a la vez que recibía la agradable visita de grandes colegas barceloneses como son Dani Moreno, Mónica Mansilla y Enric Villajosana. En menos que os lo cuento se acabó la mañana en el festi, y Jordi y un servidor nos fuimos de paseazo por las calles más turísticas del centro de la ciudad, para volver a las cinco de la tarde a preparar todo lo que quedaba por delante... y que desgranaré en la próxima entrada.

Mientras tanto podéis ver un resumen fotográfico del festival pinchando aquí.

1 comentario:

Petunia Plutónica dijo...

El zootropo era una maravilla. Gran trabajo y gran idea para plantar la semilla del stop motion en las mentes de esos niños :D